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Inmueble
¿Sabías que la arquitectura puede cambiar tus emociones?

¿Sabías que la arquitectura puede cambiar tus emociones?

Sin lugar a dudas, el uso de las disciplinas en conjunto generan grandes beneficios en favor de las personas. En este caso la ciencia de la psicología juega un rol en todo proyecto arquitectónico. El arquitecto o diseñador pueden crear diversos ambientes e influir en los estados de ánimo de los usuarios de estos espacios, sin importar si están destinados a intereses privados, públicos o institucionales.

El diseño interior y exterior de un edificio puede producir distintas emociones en las personas: desde angustia, felicidad, libertad, indiferencia, seguridad o aburrimiento. Así, diversas investigaciones demuestran que el entorno construido cambia la conducta de las personas y modifica el cerebro.

La arquitectura de los edificios es capaz de mejorar la experiencia de los individuos que viven, aprenden y trabajan en ellos. De esta forma surge la neuroarquitectura, que se entiende como el entorno construido diseñado con principios derivados de las neurociencias, ayudando a crear espacios que favorezcan la memoria, la mejora de las habilidades cognitivas y la estimulación de la mente, evitando al mismo tiempo el estrés.

Aquellas personas sometidas habitualmente a espacios de vivienda reducidos, espacios mínimos aceptables para cubrir la necesidad física, más no emocional o mental, someten a los individuos a altos niveles de estrés, altos niveles de violencia o falta de privacidad.

Claro está, usualmente las personas en este tipo de espacios son aquellas de escasos recursos. Por ejemplo, cuando un espacio tiene distintas posibilidades de explorarse, de recorrer, donde tiene varios puntos de referencia, la mente lo percibe como un espacio mucho más rico, lo aprende en su totalidad y baja en gran medida el estrés y la ansiedad.

De acuerdo con los expertos, los seres humanos preferimos las curvas y los contornos suaves porque instintivamente sentimos peligro ante los objetos afilados, por lo que las formas angulares benefician el estado de alerta y la concentración, mientras que las redondeadas, ofrecen confort y esa seguridad emocional.

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