Previenen contingencias con simulacro

Detectores de humo, extintores y rociadores son básicos en un edificio para prevenir situaciones que pongan en riesgo a sus habitantes.

Pero, ¿cómo reaccionarían los inquilinos de un inmueble o una colonia a la hora de una emergencia?

Los simulacros de evacuación y un plan de contingencia capacitan acerca de qué hacer en caso de un incendio, una tormenta o una concentración masiva.

De acuerdo con los especialistas, antes de comenzar con la preparación se debe realizar un análisis de riesgos y vulnerabilidad.

«En este estudio se determina cuáles son aquellos factores que pueden influir y afectar a la población del inmueble», explica Arturo Leyva.

El asesor de Dinámica Empresarial Leyva, compañía de capacitación en programas de protección civil, señala que se analiza el entorno.

Se ve si existe una gasolinera cerca, un terreno baldío, las condiciones del edificio, si hay circulación de pipas con materiales peligrosos, entre otras cosas.

«Tenemos que ver qué es lo que nos puede condicionar o poner en la posición de riesgo», coincide Rodrigo González, asesor en materia de protección civil.

Una vez que se tienen registradas las posible situaciones, se pasa a la capacitación de los residentes.

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«Cuando ya hablamos de qué hacer en caso de una emergencia, lo más básico es aprender a operar un extinguidor.

«Debemos aprender a dar los primeros auxilios, se debe aprender un plan de evacuación rápida», agrega.

Este tipo de capacitación se debe tener por lo menos una vez al año.

En cuanto a los simulacros, la normatividad marca que se realicen dos anualmente.

La nueva Ley General de Protección Civil señala que cada edificio debe contar con un plan de contingencias.

«La dirección de Protección Civil lo evalúa, lo revisa y luego da un visto bueno de aprobación de que sí cuenta con todos los análisis correspondientes», dice Leyva.

Así, los habitantes no sólo sabrán cómo evacuar la zona, también qué hacer en caso de que un vecino quede dentro de un edificio o una casa.

Especialistas consultados coinciden en que uno de los mayores retos a que se enfrentan en la capacitación y simulacros es el de la participación de la gente.

En ocasiones, dicen, delegan la responsabilidad en sus empleados, aunque estos, en general, no estén las 24 horas en el inmueble o tengan mucha rotación.

Fuente: El Norte