Notario, un aliado para protegerse al adquirir una vivienda
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Adquirir una vivienda es una de las compras más importantes que se pueden hacer, por lo que es importante buscar proteger nuestro patrimonio en todos los aspectos, entre los cuales destaca el rubro legal. No obstante, sólo 31.3% de las viviendas propias se encuentra escriturada, según la Encuesta Intercensal 2015 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
Cumplir con este tipo de obligaciones es la única manera de tener una certeza sobre la propiedad del inmueble y también es una manera de prevenir posibles fraudes. A decir de los especialistas, la manera de cumplir con estos deberes varía según cómo se compre la casa: si de contado o a través de un crédito hipotecario.
Según la plataforma Tu Cantón, si pretende comprar un inmueble a contado, lo primero que tiene que hacer es elegir un notario con el que vaya a realizar el trámite de escrituración. Recuerde que ésta es la única persona facultada para atender las operaciones inmobiliarias.
“El notario revisará la documentación de la vivienda y solicitará el Certificado de Libertad de Gravamen y certificaciones correspondientes de no adeudo de predio, agua, mejoras, clave y valor catastral, además de solicitar documentos generales de vendedor y comprador para iniciar el trámite”, explica en un comunicado.
Una vez que el notario realice los trámites correspondientes, le citará para la firma de sus escrituras.
Por otra parte, se hallan las viviendas adquiridas mediante un crédito hipotecario. Al respecto, la firma refiere que cualquier crédito hipotecario se debe tramitar ante una institución financiera. “Una vez que la institución correspondiente cuente con la información y revisiones requeridas, emite una instrucción al notario. El notario revisará las certificaciones ya mencionadas y, una vez lista, le citará a firma de escrituras”, indica.
Al respecto, el Colegio Nacional del Notariado Mexicano indica que entre los documentos requeridos de parte del vendedor están las escrituras previas de la propiedad, una identificación oficial, RFC, CURP, acta de nacimiento, acta de matrimonio, de divorcio o de defunción, en su caso, comprobante de domicilio, predial y agua de cinco años. De parte del comprador, se pide una identificación oficial, RFC, CURP, acta de nacimiento y de matrimonio.
Una vez que haya firmado las escrituras, ya sea de contado o con crédito hipotecario, el notario inscribe el testimonio en el Registro Público de la Propiedad. En el momento que el inmueble quede inscrito concluye el proceso de escrituración y el notario le avisará para que pueda recoger sus escrituras.
La plataforma Tu Cantón recuerda la importancia de considerar los gastos relacionados con el proceso de la adquisición de una vivienda, entre los que destacan los notariales, que incluyen los impuestos, derechos y honorarios, y el pago de avalúo, que es necesario para poder realizar el trámite de escrituras, ya que este documento nos indica el valor de la casa que eligió.
¿Y SI SÓLO ME QUIERO REGULARIZAR?
Si adquirió un inmueble y no tiene aún certeza del estatus jurídico, es necesario revisar su situación actual. Para hacerlo, deberá acudir con un notario con toda la información que tenga sobre la vivienda.
Entre esta información, el Colegio del Notariado refiere que la de mayor importancia es saber si existen escrituras de esa vivienda y, de ser así, que tenga a la mano el nombre. Además, si heredó el inmueble es importante realizar el trámite o juicio sucesorio, para lo cual preferentemente se requiere de un testamento.
Además, debe tener presente si firmó o no un contrato privado o un poder al adquirir la vivienda y, de ser así, tener el contacto de la persona con la que firmó estos documentos.
“Los pasos a seguir, el tiempo y los costos para regularizar la propiedad dependerán de cada caso; en muchos de ellos deberá iniciarse un juicio para el otorgamiento y firma de escritura o un juicio sucesorio o para probar la propiedad”, agregó el Colegio, por lo que exhortó a que lo ideal es escriturar al adquirir la vivienda.
Fuente: El Economista
