
El sector inmobiliario en China a punto de una crisis
El sector inmobiliario en China sigue sufriendo, los impagos de las promotoras podrían estar solo en una etapa inicial. Además, ahora se le unen nuevos riesgos que de forma conjunta pueden terminar golpeando a este sector que ha sostenido a la economía durante años. China es un país con una deuda enorme, sobre todo el sector privado. Este grado de apalancamiento hace vulnerable a la economía. Pekín ha sabido guardar un equilibrio que parecía imposible, pero que ha permitido al país seguir creciendo a un ritmo más que notable.
“La deuda total de la economía china ascendía al 274% del PIB a finales de 2021. Conscientes de los riesgos de una acumulación excesiva de deuda y de la necesidad de reequilibrar su modelo de crecimiento económico, en los últimos años las autoridades chinas se han esforzado en contener el endeudamiento corporativo.
En este sentido, a mediados de 2020, el Ejecutivo anunció una serie de estrictas reglas al acceso a crédito en el sector inmobiliario, un sector cuyo modelo de crecimiento se había basado históricamente en un fuerte grado de apalancamiento”, explica el CaixaBank Research en un especial sobre el inmobiliario chino.
A raíz de la represión radical de Pekín contra el apalancamiento acumulado en el sector inmobiliario, Evergrande y otras promotoras han dejado de pagar una gran cantidad de bonos. Los expertos indican que existe el riesgo de que las condiciones de oferta de crédito y de demanda en el mercado inmobiliario se deterioren de tal manera, por la pérdida de confianza de consumidores y acreedores, que incluso los promotores más solventes pierdan acceso al mercado de crédito mientras se enfrentan a una fuerte caída de la demanda de viviendas. Lo que indica que cuando los bancos empiecen a ejecutar las garantías, se puede producir una crisis que arrastrará el precio de la vivienda.
Los préstamos a los hogares aumentaron en junio, incluidas las hipotecas. El crédito pasó a los 848,200 millones de yuanes en junio, frente a los 288,800 millones de mayo. Los bancos chinos concedieron 13,68 billones de yuanes en nuevos préstamos en los primeros seis meses de 2022, la cifra más alta para el primer semestre de la que se tiene registro, según datos del banco central. Por lo que, si la inflación sigue subiendo puede terminar forzando a China a subir las tasas de interés, una política mortal para una economía tan endeudada. Las familias dejarían de pagar sus hipotecas y de comprar vivienda, esto a su vez reduciría los ingresos de la banca, de los promotores y las constructoras.
Con esos elementos ya se tiene la crisis financiera perfecta. Los expertos también indican que entre el 13 y el 22% de las viviendas están vacías y antes se empleaba a un gran número de personas y muchas industrias secundarias para muebles y artículos para el hogar y productos electrónicos y electrodomésticos.
Todo eso se ve afectado por la desaceleración del inmobiliario. Hasta ahora, unas 30 empresas relacionadas con el inmobiliario de China no han pagado, la mayor parte han incumplido sus bonos denominados en dólares estadounidenses o han diferido el pago con intercambios de bonos desde principios de este año, según un informe de los analistas Kenneth Ho y Chakki Ting.
De acuerdo con los expertos se ven pocas probabilidades de que se produzca una crisis financiera absoluta, en parte porque los bancos chinos están “liquidando gran parte de esta deuda incobrable de forma muy silenciosa”, incluidos 3,1 billones de yuanes (462,000 millones de dólares) en cancelaciones el año pasado.
Sin embargo, la deuda continúa expandiéndose en toda la economía, en el mejor de los casos, se verá un crecimiento de un dígito medio-bajo en China.