
El reto y la bendición de ser mamá
Maternar es cuidar desde el amor, desde la capacidad de establecer vínculos afectivos y emocionales con nuestro objeto a maternar: sea un hijo, la familia, un proyecto o incluso uno mismo. Sin lugar a dudas, ser madre significa cambiar tu vida, tu tiempo y tu forma de pensar por esa partecita de ti, que es un hijo. Significa dar todo tu corazón y entregar tus fuerzas cada día para sacar a tus hijos adelante y enseñarles a vivir.
Es el momento en el que una madre se da cuenta de que es capaz de hacer cualquier cosa por un hijo al que ha dado la vida. Significa tener una razón de ser para el resto de tu vida. Querer aprovechar cada momento al máximo.
Si hay un amor que podamos llamar verdadero es el amor sincero de una madre, un amor que a su vez es eterno e infinito. En realidad, ser madre implica seguir los pasos de unos pequeños maestros, los hijos, hasta que se hacen grandes.
También la maternidad no significa sonreír siempre, sino también llorar a mares. Requiere muchas noches de insomnio. Significa un sinfín de preocupaciones, horas de correr tras sus hijos, inventando cientos de excusas para que se coman las verduras y el pescado.
Tolerar con toda la paciencia del mundo la infinidad de aprendizajes que tiene la vida. Sin duda, ser una mamá es un privilegio.