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El rascacielos más alto de Los Ángeles renace con tecnología antisísmica

El rascacielos más alto de Los Ángeles renace con tecnología antisísmica

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Por los pasillos del Wilshire Grand Hotel pasaron huéspedes de la talla del papa Juan Pablo II o el presidente John F. Kennedy. Aunque ese edificio, de 1952, ya sólo vive en el recuerdo. La aerolínea Korean Air lo adquirió en 1989 para construir un nuevo icono para la ciudad.

Así inició la historia del Wilshire Grand Center. El nuevo inmueble de usos mixtos ocupa el número 900 de Wilshire Boulevard, en Los Ángeles, y nació para “crear un símbolo que recreara los lazos de amistad entre Corea del Sur y Los Ángeles”, explica Tammy Jow, director de proyectos en el despacho de arquitectura AC Martin, al recordar la petición de su cliente.

Los Ángeles y Corea del Sur cuentan con más nexos de lo que se pensaría. La ciudad californiana es el hogar de la segunda colonia más numerosa de coreanos fuera del país asiático.

Este no es el único hotel de la aerolínea, también tiene uno en Hawai y tres en Corea del Sur, gestionados por KAL Hotels, que dirige Heather Cho, hija de Cho Yang-ho, CEO de la firma.

Wilshire Grand Center

El más alto al oeste del Misisipi

Con 335.3 metros y 73 plantas, Wilshire Grand Center supera en 25 metros a la torre U.S. Bank, que desde 1989 era el rascacielos más alto de Los Ángeles, ciudad que no cuenta con muchas torres de altura.

Leonard Joseph, ingeniero de la firma Thornton Tomasetti encargado de idear la estructura del Wilshire, explica que los precios del suelo, los costos de construcción y el alquiler determinan la altura que tiene sentido alcanzar económicamente hablando.

En el centro de Los Ángeles, el bajo precio del suelo y los altos costos de construcción, debido en parte a que se trata de suelo sísmico, significa que el punto óptimo económicamente hablando es más bajo que en el centro de Nueva York, Chicago o Shanghái, agrega.

Wilshire Grand Center

El Wilshire alberga el hotel InterContinental Los Angeles Downtown, de cuatro estrellas y 889 cuartos. Además destina aproximadamente 37,000 metros cuadrados a oficinas, en las primeras siete plantas, donde comparten espacio con comercios y salas para convenciones.

En 2011, Estados Unidos seguía inmerso en la recesión económica que estalló en 2007. Lisa Gritzner, vocera del Grupo Hanjin propietario de la aerolínea coreana, explica que el mercado de alquiler y venta de oficinas colapsó en Los Ángeles justo cuando contemplaban ejecutar un proyecto de mayor escala.

Rápidamente reconfiguraron el concepto del edificio. “Nuestro equipo ejecutivo se concentró en contener los costos y en emplear soluciones de ingeniería más inteligentes en su desarrollo. Por ejemplo, nuestra decisión de optar por baños modulares en la mayoría de las habitaciones del hotel nos permitió ahorrar millones de dólares”, ejemplifica.

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Además, para la construcción se reciclaron la mayor parte de los materiales de la antigua estructura como concreto y acero. Esto significa que se redujo considerablemente el volumen que terminó en los vertederos locales y generó un retorno económico para el edificio cifrado en 4 millones de dólares (mdd).

El diseño del inmueble de cristal y aluminio se inspira en el valle de Yosemite, en California. El podio rememora los salientes rocosos presentes en la región y la torre representa la célebre media cúpula de granito que se encuentra en el parque nacional. Entre ambos, la claraboya de doble curvatura recuerda a una cascada o a los rápidos del río Merced.

El edificio está configurado para maximizar las vistas de Santa Mónica, las colinas de Hollywood y el océano Pacífico. Por ello, las ventanas van desde el suelo hasta el techo, convirtiendo a Wilshire en el primer edificio en ofrecer vistas tan generosas como éstas.

Wilshire Grand Center

“La torre se inspira en nuestro amor hacia California y nuestro compromiso de proyectar un edificio central para la ciudad, enfatizando la luz natural, las brisas y un diseño puntero en el uso de tecnología e ingeniería”, añade Gritzner.

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Otro concepto que adopta el diseño es el de crear un “sentido de pertenencia” en las alturas, que se materializa en el vestíbulo del hotel situado en la planta 70. Jow explica que normalmente estos espacios y las vistas que los acompañan sólo suelen disfrutarlos quienes pueden permitirse pagar por las habitaciones de la gama más alta del hotel.

“Aquí, en cambio, todos los huéspedes disfrutarán por igual de las espectaculares vistas del centro de la ciudad”, detalla.

Wilshire Grand Center

Esta planta cuenta también con varios bares que se hacen espacio en la agenda de los angelinos desde que el edificio abrió sus puertas en junio de 2017. Dieciséis ascensores de alta velocidad transportan a los huéspedes a sus habitaciones, que se encuentran, en forma inusual, en las plantas inferiores, que van de la 37 a la 73.

“La variedad de altura de las plantas y techos permiten que circuitos y conductos se encuentren debajo de las vigas”, explica Joseph. La ventilación del hotel se produce de forma individual. En cada una de las habitaciones el marco típico maximiza el espacio libre en cada cuarto pero no entre dormitorios.

“Las diferencias de profundidad en el suelo de cada una de las partes del programa del edificio presentan una oportunidad para generar más expresividad en la forma de la torre”, agrega Jow.

Wilshire Grand Center

En agosto del año pasado, el porcentaje de ocupación de las oficinas se situaba por debajo de 50 por ciento. En el caso del hotel de la cadena InterContinental, Katie Anderson, vocera de la firma, comparte que la tendencia es positiva, especialmente entre grupos angelinos, y en los espacios destinados para reuniones de oficinas.

“Este hotel es el mayor de nuestro portafolio en la región de las Américas”, especifica y comparte que su estrategia se centra en aumentar su presencia en ciudades de alta densidad urbana. En cuanto al diseño interior, Anderson cuenta que se inspira en el libro de Reyner Banham Los Angeles. The Architecture of Four Ecologies, que examina el paisaje de la ciudad, sus colinas, sus playas y su tejido urbano.

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Esto se traduce en una iluminación inspirada en las famosas autopistas que cruzan la ciudad o en los carteles que recrean estos paisajes como si fueran anuncios de publicidad en los cabezales de las camas.

A prueba de sismos

La torre está coronada por una estructura de acero y vidrio en forma de vela que mide 30 metros de altura. Es el primer rascacielos moderno de la ciudad cuyo tejado no es plano. Desde 1974 hasta 2015, todos los edificios altos debían incluir un helipuerto, que ayudaría en caso de producirse un incendio u otro tipo de emergencia.

“La idea de coronar el edificio con esta estructura era la de cambiar el perfil de la ciudad”, justifica Jow. Curiosamente, el otro edificio coronado por una estructura similar es City Hall, diseñado por el abuelo de Christopher Martin (actual presidente del despacho) en 1928.

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Para adecuarse a la normativa que continuaba vigente cuando se presentó el proyecto, Wilshire Grand Center tuvo que incluir varias medidas antiincendios que compensaran su tejado irregular. Jow explica que la torre cuenta con tres escaleras de emergencia en vez de las dos obligatorias, incluye un ascensor destinado a ser empleado por los bomberos y aprovisiona 120,000 galones de agua en vez de los 60,000 requeridos por la ley para abastecer a los aspersores contra incendios.

Inicialmente, el arquitecto quería coronar el edificio con una filigrana de acero colocada dentro de un contenedor de cristal que serviría de base para la vela, pero Los Ángeles es una ciudad asentada sobre suelo sísmico. En el último año se han reportado 398 terremotos en la ciudad y proteger a su mayor torre era imperativo.

Cuando probaron este acabado, los resultados revelaron que un terremoto podría provocar una aceleración mayor a la que experimentan los astronautas en el despegue.

Así que la filigrana se descartó porque se trataba de una estructura demasiado ligera y alta. “Incrementamos el espesor de las paredes transversales de 0.6 a 0.9 metros para satisfacer los códigos sísmicos y fórmulas del viento, basándonos en los resultados del análisis del histórico de respuestas no lineales”, explica Joseph.

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Su núcleo de apenas 10 metros de ancho cuenta con 30 estabilizadores colocados entre las plantas 28 y 31, 53 y 59, 70 y 73, con 170 disipadores sísmicos que incrementan la amortiguación de la estructura. Así se considera que el edificio puede resistir terremotos de hasta una magnitud de 8 grados en la escala de Ritcher.

Wilshire Grand también presume de un récord: para cubrir los 30 metros que forman sus cimientos, se vertieron 1,800 metros cúbicos de concreto de forma continua por 20 horas.

El grupo Hanjin afirma que el edificio inyectará más de 1,000 mdd en la economía de la ciudad. Cálculos de la empresa aseguran que generó casi 80 mdd en impuestos durante su edificación y 16 mdd anuales tras su apertura.

El proyecto también incluye la mejora del transporte urbano en la calle 7, en uno de los costados del inmueble. “Durante dos años trabajamos con la ciudad y con otros agentes como comerciantes, expertos en transportes o propietarios para desarrollar un concepto que, una vez implementado, mejorará los niveles de tráfico y creará áreas peatonales en la zona”, comparte Gritzner.

Los Ángeles cuenta con otros proyectos urbanos. Los planes están ahora en manos de la ciudad y serán los arquitectos paisajistas RELM los encargados de hacerlos realidad.

Prácticamente todos sus edificios se encuentran en el estado de California, como City Hall (1928) o el Departamento de Agua y Energía (1965), ambos en Los Ángeles, la Corte del Estado de California en Madera (2014) o la biblioteca Henry Madden Library en Fresno (2008).

Fuente: Obras Web

 

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